Ya, 8 años..
Cernicchiaro
La pérdida de un ser querido jamás estará dentro de nuestras expectativas inmediatas. Por una extraña razón, inherente al ser humano, pensamos en todo menos en que algo malo pueda ocurrir.
En momentos así, en los que se confunden las emociones.
En medio del dolor, el mundo se torna gris y llegan a concebir que nada tiene sentido, ni siquiera la existencia. Pueden incluso razones que nadie alrededor alcanza a imaginar siquiera lo que está experimentando.
Cada uno tiene su propia forma de asumir los períodos de dificultad.
Mi mayor fortaleza: Mis hijos, son reflejo de la vida junto a tí.,
Agradecida...
No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón.
Todo duelo es singular, y depende de múltiples factores. Creo que la mayor dificultad se presenta en quienes creen que el tiempo todo lo resuelve, en quienes no comprenden que el duelo es un proceso activo, que requiere de su participación, a través de actitudes, decisiones y respuestas personales que le permitan reinsertarse en la vida, manteniendo el permanente y cariñoso recuerdo de quienes no están. CJ BIANCHI
Mi mayor dicha: Haberte conocido
Mi mayor felicidad: Ser la madre de tus hijos
Mi mayor orgullo: Ver la calidad de personas que son nuestros hijos..