En algunos corazones hay profundas raices de amargura, o de dolor, quizas de frustracion o tristeza,
a veces llenamos nuestro terreno amoroso
con piedras de dureza o indiferencia
las malas experiencias nos vuelven insensibles o apaticos
otras veces lo llenamos con espinas…
agudas espinas de rencor por malas experiencias
espinas hirientes, asperas que alejan lo bello de la vida
otras veces nos volvemos superficiales
y no dejamos que la semilla del amor penetre
en lo profundo, y vivimos amores pasajeros,
superficiales que se desvanecen como nada
Pero es bello cuando dejamos al buen sembrador
del amor, sembrar en nuestros corazones,
el quita las piedras de nuestra indiferencia,
arranca las espinas de nuestro dolor,
y despues ara…y es el momento que no comprendemos… cuando el arado viene…
porque al surcar nuestra tierra la abre profundo…
y a veces eso da temor porque creemos que producira gran dolor…
pero es dolor momentaneo y es necesario
porque con nuestros surcos abiertos la semilla cae en nuestro interior y la lluvia de los cielos la hace germinar y echar raices profundas
para que nunca sea arrancado…
no tengas miedo del arado, deja al sembrador hacer su trabajo…
porque es hermoso llegar al tiempo de la cosecha
con frutos y mas frutos de interminable amor…